jueves, 4 de septiembre de 2014

Cámaras de juguete vs. profesionales

Los sistemas de Circuito Cerrado de Televisión (CCTV) se han difundido por todos los rincones de nuestro planeta como los elementos de vigilancia electrónica más conocidos y odiados por la delincuencia.

Al fin y al cabo es un sistema altamente disuasivo, que cohíbe a las personas a realizar actos ilícitos o prohibidos. Además tenemos la posibilidad de grabar la escena y de consultarla cuantas veces sea necesario para reconstruir los hechos y encontrar los culpables. Finalmente en la actualidad estas imágenes digitales pueden enviarse por los modernos medios de transmisión y poder consultar las escenas de manera remota ya sea en vivo o de videos grabados con anterioridad.

No hacen lo que queremos

Sin embargo en varias ocasiones los resultados que nos entregan los equipos de video vigilancia producen un enorme sentimiento de frustración a usuarios finales y guardas de seguridad. La empresas adquieren los diversos sistemas, haciendo fuertes inversiones, con la esperanza que la tecnología comprada sea la que realmente lo proteja y lo conserve seguro, pero muy rápido descubre que en el momento de reconstruir un hecho las imágenes obtenidas, no son las deseadas…
El problema es más común de lo que usted imagina. ¿Entonces para qué se compró? ¿Por qué nos sentimos engañados? Como primera medida, NO espere milagros ni pretenda que una cámara de $40 dólares haga lo mismo que el sofisticado sistema visual humano. Pero hay otro factor importante que se presenta a la hora de explicar el sentimiento de frustración mencionado, es la falta de profesionalismo en el gremio.
Aprenda a diferenciar los juguetes y sepa elegir muy bien a su proveedor de equipos profesional, porque usted se va a comprometer en una relación de larga duración, cuando compra o vende seguridad.

tomado de: Tecnoseguro.com


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